Tan cerca y tan lejos—Marcos 3:13-19

Iglesia Presbiteriana Pacto de Cristo

Jesús llamó a sus discípulos para estar con Él, este fue un llamado a dejar padre, madre, hermanos para seguirle. Cuando Jesús llamó estos hombres a seguirle, él los llamó a morir, morir a sus sueños, morir a su autoprotección, morir a su comodidad. Note la distinción que Jesús hace entre las multitudes y los discípulos. Las multitudes quieren algo de Jesús, pero los discípulos son llamados a Jesús. Nada nuevo, porque la vida cristiana es una vida de comunión con Dios, vemos este patrón en el Antiguo Testamento: “camino Dios con Enoc”, “camino Dios con Noé”, Dios no quiere algo de ti, te quiere a ti completamente. El clamor de Dios sobre todos sus hijos es: “Dame, hijo mío, tu corazón” (Prv. 23.26)

Jesús llamo a gente común y corriente, él llamó a los que quiso (v. 13), de hecho estos discípulos eran lentos para aprender, Él llamo a rudos pescadores Pedro y su hermano Andrés, Jacobo y Juan (los hijos del trueno), Felipe (el analista “muéstranos al Padre y nos basta”) , Natanael el prejuicioso “de Nazaret puede salir algo bueno, Mateo (Publicano), Tomás (el incrédulo), Jacobo (Hijo de Alfeo), Tadeo (El tímido), Simón (El Zelote), y Judas Iscariote (El traidor).

El enfoque del ministerio de Jesús no esta en las multitudes, sino en los discípulos. Hay una cruda realidad en la elección de los doce. Y es que Jesús no eligió a ningún Rabino sabio, ningún Escriba erudito, ningún Fariseo celoso, ningún Saduceo ritualista, ningún Sacerdote. La elección de los doce fue el rechazo publico a la elite religiosa apostata.