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713. Los cuatro humores: Una herramienta clásica para crear personajes
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El artículo 713. Los cuatro humores: Una herramienta clásica para crear personajes se publicó primero en David Esteban Cubero.
¿Cómo son tus personajes coléricos o sanguíneos? ¿Sabes cómo crear personajes pensado en los cuatro humores? Hoy en Guiones y Guionistas analizamos la técnica de los cuatro humores y vemos cómo podemos utilizarla para crear personajes más memorables.
Y para prepararnos para el 2025 he preparado una masterclass que me estabais pidiendo desde hace mucho: “Escribir para plataformas”. Las plataformas de streaming han transformado totalmente el negocio audiovisual y están generando mucho trabajo para los guionistas en el mundo entero. Pero, ¿Sabes la diferencia entre los originals y las licencias? ¿Sabes lo que es una IP y por qué es tan importante? ¿Qué etapas pasa un guionista en un proyecto en plataforma desde la idea hasta el lanzamiento? Lo explico todo en la masterclass que ya está disponible para todos los suscriptores de cursosdeguion.com
Los cuatro humores de la personalidad
Desde la Antigua Grecia hasta nuestros días, la teoría de los cuatro humores ha sido una herramienta poderosa para comprender la personalidad humana. Aunque en la actualidad esta teoría ha sido superada por avances en psicología y neurociencia, su aplicación en la escritura de guiones sigue siendo sorprendentemente útil. Cada humor —sanguíneo, melancólico, colérico y flemático— ofrece un marco para crear personajes ricos, diversos y emocionalmente resonantes.
Puedes profundizar sobre el tema en el Curso de Desarrollo de Personajes.
La raíz histórica de los Cuatro Humores
Hipócrates, el médico griego considerado el padre de la medicina, desarrolló la teoría de los cuatro humores en el siglo V a. C. Según esta idea, el cuerpo humano estaba compuesto por cuatro fluidos principales: sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema. El equilibrio o desequilibrio entre estos fluidos determinaba tanto la salud física como el temperamento de una persona.
Teofrasto y otros filósofos griegos elaboraron una relación entre los humores y el carácter de las personas. Así, los individuos con mucha sangre eran sociables, aquellos con mucha flema eran calmados, aquellos con mucha bilis eran coléricos, y aquellos con mucha bilis negra eran melancólicos. La idea de la personalidad humana basada en humores fue una base para las comedias de Menandro y, más tarde, las de Plauto.
Aunque hoy sabemos que esta teoría no tiene base biológica, su influencia perduró durante siglos y se integró en la cultura y el arte. En la escritura de guiones, esta clasificación puede servir como una guía para definir la personalidad de los personajes y sus conflictos internos.
Los Cuatro Humores aplicados al guion
Cada humor representa un conjunto de rasgos que podemos asignar a nuestros personajes para dotarlos de una identidad clara y reconocible. Veamos cada uno con más detalle, incluyendo ejemplos icónicos del cine y la literatura y cómo analizar personajes contemporáneos utilizando esta teoría:
Sanguíneo: El Extrovertido Apasionado
- Rasgos principales: Optimista, extrovertido, impulsivo, amante de la diversión.
- Fortalezas: Carisma, energía, habilidad para inspirar a otros.
- Debilidades: Falta de constancia, tendencia a evitar responsabilidades.
- Ejemplo: Peter Quill (Star-Lord) en Guardianes de la Galaxia. Su personalidad burbujeante y su inclinación por el humor lo convierten en un líder carismático, aunque a menudo su impulsividad genera conflictos.
- Ejemplo literario: Elizabeth Bennet en Orgullo y prejuicio. Su ingenio y vivacidad la hacen destacar, aunque su impulsividad y orgullo a veces la llevan a malentendidos.
En el guion, los personajes sanguíneos suelen aportar dinamismo y ligereza. Son ideales para aligerar momentos tensos y conectar emocionalmente con la audiencia.
Melancólico: El Pensador Profundo
- Rasgos principales: Introspectivo, sensible, perfeccionista, propenso al pesimismo.
- Fortalezas: Creatividad, profundidad emocional, compromiso con ideales elevados.
- Debilidades: Tendencia a la autocrítica, dificultad para adaptarse al cambio.
- Ejemplo: Amélie Poulain en Amélie. Su sensibilidad y su deseo de ayudar a los demás la convierten en un personaje profundamente entrañable, pero también aislado por su timidez.
- Ejemplo literario: Hamlet en Hamlet de William Shakespeare. Su introspección y tendencia a la duda lo convierten en un personaje melancólico clásico, atrapado en la reflexión constante sobre la moralidad y la venganza.
En los guiones, los melancólicos suelen ser personajes introspectivos que invitan a la reflexión. Funcionan bien en historias centradas en el crecimiento personal o en la exploración de temas filosóficos.
Colérico: El Ambicioso Intenso
- Rasgos principales: Determinado, ambicioso, dominante, a veces agresivo.
- Fortalezas: Líder nato, enfoque en objetivos, capacidad para superar adversidades.
- Debilidades: Impaciencia, tendencia al conflicto, dificultad para comprometerse.
- Ejemplo: Walter White en Breaking Bad. Su transición de profesor de química a señor de la droga refleja la intensidad y el desequilibrio de un colérico llevado al extremo.
- Ejemplo literario: Lady Macbeth en Macbeth de William Shakespeare. Su ambición desmedida y su determinación la convierten en un ejemplo claro de un colérico que actúa sin contemplar las consecuencias.
Los personajes coléricos son ideales para generar tensión y conflicto en la narrativa. Su presencia garantiza momentos de alta carga emocional y giros dramáticos.
Flemático: El Pilar de Calma
- Rasgos principales: Tranquilo, leal, confiable, a veces pasivo.
- Fortalezas: Paciencia, estabilidad emocional, habilidad para mediar en conflictos.
- Debilidades: Resistencia al cambio, tendencia a evitar confrontaciones.
- Ejemplo: Samwise Gamgee en El Señor de los Anillos. Su lealtad y serenidad lo convierten en el apoyo indispensable para Frodo en su misión.
- Ejemplo literario: Atticus Finch en Matar a un ruiseñor. Su calma y su enfoque racional lo convierten en un personaje flemático ejemplar, actuando como la brújula moral de la historia.
En el guion, los personajes flemáticos suelen actuar como anclas emocionales, equilibrando a personajes más explosivos y proporcionando momentos de reflexión.
Combinaciones de Humores
Análisis de personajes en películas o series contemporáneas
Para analizar personajes de una película o serie contemporánea a partir de esta teoría, se pueden seguir los siguientes pasos:
- Identifica el humor dominante: Observa el comportamiento, las motivaciones y los conflictos principales del personaje. Por ejemplo, en Ted Lasso, Ted puede considerarse un flemático por su paciencia y enfoque positivo, mientras que Rebecca, al inicio de la serie, muestra características coléricas por su ambición y determinación.
- Observa las interacciones: Analiza cómo el humor del personaje impacta sus relaciones. Por ejemplo, en Stranger Things, Dustin (sanguíneo) aporta ligereza y humor a los momentos tensos, contrastando con el carácter melancólico de Will.
- Identifica la evolución del personaje: ¿Cambia su humor dominante a lo largo de la historia? Por ejemplo, en The Crown, la Reina Isabel II comienza con un enfoque flemático, pero desarrolla rasgos coléricos al asumir más control y autoridad.
- Analiza las combinaciones: Los personajes complejos suelen mezclar humores. Por ejemplo, Tony Soprano en The Sopranos combina características coléricas (su liderazgo) con melancólicas (su introspección y tendencia a la autocrítica).
Estas herramientas permiten desglosar las personalidades y los arcos de los personajes contemporáneos para comprender cómo sus humores contribuyen al conflicto y a la narrativa.
Un personaje no tiene por qué limitarse a un solo humor. Las combinaciones pueden generar personalidades complejas y multifacéticas. Por ejemplo:
- Tony Stark (Iron Man): Una mezcla de colérico (su ambición y liderazgo) y sanguíneo (su carisma y humor).
- Sherlock Holmes: Predominantemente melancólico, con toques de colérico en su afán por resolver misterios y desafiar a quienes lo rodean.
Estas combinaciones permiten que los personajes evolucionen a lo largo de la historia, enfrentando sus fortalezas y debilidades en diferentes situaciones.
Humores en Relación
La interacción entre personajes de diferentes humores es una fuente rica de conflicto y conexión. Algunos ejemplos clásicos:
- Sherlock Holmes (melancólico) y John Watson (flemático): Una relación de equilibrio donde Watson modera los excesos de Sherlock.
- Luke Skywalker (melancólico) y Han Solo (sanguíneo): Sus diferencias crean tensión, pero también una amistad que enriquece la narrativa.
Conflictos más interesantes entre humores opuestos
- Sanguíneo vs. Melancólico
- El sanguíneo ve el mundo con optimismo y busca la diversión, mientras que el melancólico es introspectivo y tiende al pesimismo. Esto puede generar conflictos cuando el sanguíneo minimiza problemas importantes y el melancólico siente que no es tomado en serio.
- Ejemplo: Un sanguíneo impulsivo podría organizar un plan arriesgado mientras que el melancólico analiza todos los riesgos, lo que lleva a discusiones sobre responsabilidad y visión.
- Colérico vs. Flemático
- El colérico, ambicioso y dominante, puede frustrarse con la calma y la pasividad del flemático, mientras que este último podría sentirse abrumado por la intensidad del colérico.
- Ejemplo: Un colérico que busca resultados inmediatos podría chocar con un flemático que prioriza el proceso sobre la velocidad, creando un conflicto entre eficiencia y paciencia.
- Sanguíneo vs. Colérico
- La impulsividad y el amor por la diversión del sanguíneo pueden entrar en conflicto con la ambición y el enfoque del colérico, quien puede percibir al sanguíneo como superficial o irresponsable.
- Ejemplo: Un colérico obsesionado con una misión importante podría enfurecerse con un sanguíneo que busca distracciones o que trivializa la situación.
- Melancólico vs. Flemático
- Aunque ambos tienden a evitar confrontaciones directas, el melancólico puede frustrarse con la aparente falta de iniciativa del flemático, mientras que este último podría sentirse presionado por la autocrítica constante del melancólico.
- Ejemplo: Un melancólico obsesionado con la perfección podría chocar con un flemático que prefiere una solución pragmática y «suficientemente buena».
Aplicación práctica para guionistas
Paso 1: Identifica el humor dominante
Piensa en qué tipo de personalidad encaja mejor con la historia que estás contando. ¿Necesitas a alguien impulsivo que traiga energía? Opta por un sanguíneo. ¿Buscas un líder intenso y ambicioso? Elige un colérico.
Paso 2: Define fortalezas y debilidades
Cada humor tiene aspectos positivos y negativos. Establece cómo estas características influirán en el comportamiento del personaje y en los conflictos que enfrentará.
Paso 3: Diseña un arco narrativo
El crecimiento de un personaje puede basarse en su humor. Por ejemplo, un melancólico puede aprender a ser más optimista, o un colérico podría desarrollar paciencia. Asegúrate de que su evolución sea coherente con su personalidad inicial.
Paso 4: Equilibra tu elenco
Un conjunto diverso de personajes con diferentes humores genera dinámicas más ricas. Considera cómo sus personalidades interactúan y generan conflicto o colaboración.
Paso 5: Experimenta con combinaciones
No todos los personajes tienen un solo humor dominante. Juega con combinaciones para crear personalidades únicas. Por ejemplo, un personaje puede ser mayormente sanguíneo, pero con un toque melancólico que lo haga introspectivo en ciertos momentos clave.
Paso 6: Observa y ajusta
A medida que escribes, evalúa cómo funcionan los humores en tu historia. ¿Están cumpliendo su función? ¿Necesitas ajustar sus rasgos para mejorar el ritmo o el desarrollo?
Conclusión
La teoría de los cuatro humores es mucho más que una curiosidad histórica. Es una herramienta valiosa para guionistas que buscan crear personajes únicos, relacionables y emocionalmente impactantes. Ya sea que estés desarrollando un protagonista profundo o un secundario memorable, esta teoría ofrece una base sólida para explorar la psicología y el conflicto humano. ¡Anímate a experimentar con los humores y descubre cómo pueden transformar tus historias!
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¿Cómo son tus personajes coléricos o sanguíneos? ¿Sabes cómo crear personajes pensado en los cuatro humores? Hoy en Guiones y Guionistas analizamos la técnica de los cuatro humores y vemos cómo podemos utilizarla para crear personajes más memorables.
Y para prepararnos para el 2025 he preparado una masterclass que me estabais pidiendo desde hace mucho: “Escribir para plataformas”. Las plataformas de streaming han transformado totalmente el negocio audiovisual y están generando mucho trabajo para los guionistas en el mundo entero. Pero, ¿Sabes la diferencia entre los originals y las licencias? ¿Sabes lo que es una IP y por qué es tan importante? ¿Qué etapas pasa un guionista en un proyecto en plataforma desde la idea hasta el lanzamiento? Lo explico todo en la masterclass que ya está disponible para todos los suscriptores de cursosdeguion.com
Los cuatro humores de la personalidad
Desde la Antigua Grecia hasta nuestros días, la teoría de los cuatro humores ha sido una herramienta poderosa para comprender la personalidad humana. Aunque en la actualidad esta teoría ha sido superada por avances en psicología y neurociencia, su aplicación en la escritura de guiones sigue siendo sorprendentemente útil. Cada humor —sanguíneo, melancólico, colérico y flemático— ofrece un marco para crear personajes ricos, diversos y emocionalmente resonantes.
Puedes profundizar sobre el tema en el Curso de Desarrollo de Personajes.
La raíz histórica de los Cuatro Humores
Hipócrates, el médico griego considerado el padre de la medicina, desarrolló la teoría de los cuatro humores en el siglo V a. C. Según esta idea, el cuerpo humano estaba compuesto por cuatro fluidos principales: sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema. El equilibrio o desequilibrio entre estos fluidos determinaba tanto la salud física como el temperamento de una persona.
Teofrasto y otros filósofos griegos elaboraron una relación entre los humores y el carácter de las personas. Así, los individuos con mucha sangre eran sociables, aquellos con mucha flema eran calmados, aquellos con mucha bilis eran coléricos, y aquellos con mucha bilis negra eran melancólicos. La idea de la personalidad humana basada en humores fue una base para las comedias de Menandro y, más tarde, las de Plauto.
Aunque hoy sabemos que esta teoría no tiene base biológica, su influencia perduró durante siglos y se integró en la cultura y el arte. En la escritura de guiones, esta clasificación puede servir como una guía para definir la personalidad de los personajes y sus conflictos internos.
Los Cuatro Humores aplicados al guion
Cada humor representa un conjunto de rasgos que podemos asignar a nuestros personajes para dotarlos de una identidad clara y reconocible. Veamos cada uno con más detalle, incluyendo ejemplos icónicos del cine y la literatura y cómo analizar personajes contemporáneos utilizando esta teoría:
Sanguíneo: El Extrovertido Apasionado
- Rasgos principales: Optimista, extrovertido, impulsivo, amante de la diversión.
- Fortalezas: Carisma, energía, habilidad para inspirar a otros.
- Debilidades: Falta de constancia, tendencia a evitar responsabilidades.
- Ejemplo: Peter Quill (Star-Lord) en Guardianes de la Galaxia. Su personalidad burbujeante y su inclinación por el humor lo convierten en un líder carismático, aunque a menudo su impulsividad genera conflictos.
- Ejemplo literario: Elizabeth Bennet en Orgullo y prejuicio. Su ingenio y vivacidad la hacen destacar, aunque su impulsividad y orgullo a veces la llevan a malentendidos.
En el guion, los personajes sanguíneos suelen aportar dinamismo y ligereza. Son ideales para aligerar momentos tensos y conectar emocionalmente con la audiencia.
Melancólico: El Pensador Profundo
- Rasgos principales: Introspectivo, sensible, perfeccionista, propenso al pesimismo.
- Fortalezas: Creatividad, profundidad emocional, compromiso con ideales elevados.
- Debilidades: Tendencia a la autocrítica, dificultad para adaptarse al cambio.
- Ejemplo: Amélie Poulain en Amélie. Su sensibilidad y su deseo de ayudar a los demás la convierten en un personaje profundamente entrañable, pero también aislado por su timidez.
- Ejemplo literario: Hamlet en Hamlet de William Shakespeare. Su introspección y tendencia a la duda lo convierten en un personaje melancólico clásico, atrapado en la reflexión constante sobre la moralidad y la venganza.
En los guiones, los melancólicos suelen ser personajes introspectivos que invitan a la reflexión. Funcionan bien en historias centradas en el crecimiento personal o en la exploración de temas filosóficos.
Colérico: El Ambicioso Intenso
- Rasgos principales: Determinado, ambicioso, dominante, a veces agresivo.
- Fortalezas: Líder nato, enfoque en objetivos, capacidad para superar adversidades.
- Debilidades: Impaciencia, tendencia al conflicto, dificultad para comprometerse.
- Ejemplo: Walter White en Breaking Bad. Su transición de profesor de química a señor de la droga refleja la intensidad y el desequilibrio de un colérico llevado al extremo.
- Ejemplo literario: Lady Macbeth en Macbeth de William Shakespeare. Su ambición desmedida y su determinación la convierten en un ejemplo claro de un colérico que actúa sin contemplar las consecuencias.
Los personajes coléricos son ideales para generar tensión y conflicto en la narrativa. Su presencia garantiza momentos de alta carga emocional y giros dramáticos.
Flemático: El Pilar de Calma
- Rasgos principales: Tranquilo, leal, confiable, a veces pasivo.
- Fortalezas: Paciencia, estabilidad emocional, habilidad para mediar en conflictos.
- Debilidades: Resistencia al cambio, tendencia a evitar confrontaciones.
- Ejemplo: Samwise Gamgee en El Señor de los Anillos. Su lealtad y serenidad lo convierten en el apoyo indispensable para Frodo en su misión.
- Ejemplo literario: Atticus Finch en Matar a un ruiseñor. Su calma y su enfoque racional lo convierten en un personaje flemático ejemplar, actuando como la brújula moral de la historia.
En el guion, los personajes flemáticos suelen actuar como anclas emocionales, equilibrando a personajes más explosivos y proporcionando momentos de reflexión.
Combinaciones de Humores
Análisis de personajes en películas o series contemporáneas
Para analizar personajes de una película o serie contemporánea a partir de esta teoría, se pueden seguir los siguientes pasos:
- Identifica el humor dominante: Observa el comportamiento, las motivaciones y los conflictos principales del personaje. Por ejemplo, en Ted Lasso, Ted puede considerarse un flemático por su paciencia y enfoque positivo, mientras que Rebecca, al inicio de la serie, muestra características coléricas por su ambición y determinación.
- Observa las interacciones: Analiza cómo el humor del personaje impacta sus relaciones. Por ejemplo, en Stranger Things, Dustin (sanguíneo) aporta ligereza y humor a los momentos tensos, contrastando con el carácter melancólico de Will.
- Identifica la evolución del personaje: ¿Cambia su humor dominante a lo largo de la historia? Por ejemplo, en The Crown, la Reina Isabel II comienza con un enfoque flemático, pero desarrolla rasgos coléricos al asumir más control y autoridad.
- Analiza las combinaciones: Los personajes complejos suelen mezclar humores. Por ejemplo, Tony Soprano en The Sopranos combina características coléricas (su liderazgo) con melancólicas (su introspección y tendencia a la autocrítica).
Estas herramientas permiten desglosar las personalidades y los arcos de los personajes contemporáneos para comprender cómo sus humores contribuyen al conflicto y a la narrativa.
Un personaje no tiene por qué limitarse a un solo humor. Las combinaciones pueden generar personalidades complejas y multifacéticas. Por ejemplo:
- Tony Stark (Iron Man): Una mezcla de colérico (su ambición y liderazgo) y sanguíneo (su carisma y humor).
- Sherlock Holmes: Predominantemente melancólico, con toques de colérico en su afán por resolver misterios y desafiar a quienes lo rodean.
Estas combinaciones permiten que los personajes evolucionen a lo largo de la historia, enfrentando sus fortalezas y debilidades en diferentes situaciones.
Humores en Relación
La interacción entre personajes de diferentes humores es una fuente rica de conflicto y conexión. Algunos ejemplos clásicos:
- Sherlock Holmes (melancólico) y John Watson (flemático): Una relación de equilibrio donde Watson modera los excesos de Sherlock.
- Luke Skywalker (melancólico) y Han Solo (sanguíneo): Sus diferencias crean tensión, pero también una amistad que enriquece la narrativa.
Conflictos más interesantes entre humores opuestos
- Sanguíneo vs. Melancólico
- El sanguíneo ve el mundo con optimismo y busca la diversión, mientras que el melancólico es introspectivo y tiende al pesimismo. Esto puede generar conflictos cuando el sanguíneo minimiza problemas importantes y el melancólico siente que no es tomado en serio.
- Ejemplo: Un sanguíneo impulsivo podría organizar un plan arriesgado mientras que el melancólico analiza todos los riesgos, lo que lleva a discusiones sobre responsabilidad y visión.
- Colérico vs. Flemático
- El colérico, ambicioso y dominante, puede frustrarse con la calma y la pasividad del flemático, mientras que este último podría sentirse abrumado por la intensidad del colérico.
- Ejemplo: Un colérico que busca resultados inmediatos podría chocar con un flemático que prioriza el proceso sobre la velocidad, creando un conflicto entre eficiencia y paciencia.
- Sanguíneo vs. Colérico
- La impulsividad y el amor por la diversión del sanguíneo pueden entrar en conflicto con la ambición y el enfoque del colérico, quien puede percibir al sanguíneo como superficial o irresponsable.
- Ejemplo: Un colérico obsesionado con una misión importante podría enfurecerse con un sanguíneo que busca distracciones o que trivializa la situación.
- Melancólico vs. Flemático
- Aunque ambos tienden a evitar confrontaciones directas, el melancólico puede frustrarse con la aparente falta de iniciativa del flemático, mientras que este último podría sentirse presionado por la autocrítica constante del melancólico.
- Ejemplo: Un melancólico obsesionado con la perfección podría chocar con un flemático que prefiere una solución pragmática y «suficientemente buena».
Aplicación práctica para guionistas
Paso 1: Identifica el humor dominante
Piensa en qué tipo de personalidad encaja mejor con la historia que estás contando. ¿Necesitas a alguien impulsivo que traiga energía? Opta por un sanguíneo. ¿Buscas un líder intenso y ambicioso? Elige un colérico.
Paso 2: Define fortalezas y debilidades
Cada humor tiene aspectos positivos y negativos. Establece cómo estas características influirán en el comportamiento del personaje y en los conflictos que enfrentará.
Paso 3: Diseña un arco narrativo
El crecimiento de un personaje puede basarse en su humor. Por ejemplo, un melancólico puede aprender a ser más optimista, o un colérico podría desarrollar paciencia. Asegúrate de que su evolución sea coherente con su personalidad inicial.
Paso 4: Equilibra tu elenco
Un conjunto diverso de personajes con diferentes humores genera dinámicas más ricas. Considera cómo sus personalidades interactúan y generan conflicto o colaboración.
Paso 5: Experimenta con combinaciones
No todos los personajes tienen un solo humor dominante. Juega con combinaciones para crear personalidades únicas. Por ejemplo, un personaje puede ser mayormente sanguíneo, pero con un toque melancólico que lo haga introspectivo en ciertos momentos clave.
Paso 6: Observa y ajusta
A medida que escribes, evalúa cómo funcionan los humores en tu historia. ¿Están cumpliendo su función? ¿Necesitas ajustar sus rasgos para mejorar el ritmo o el desarrollo?
Conclusión
La teoría de los cuatro humores es mucho más que una curiosidad histórica. Es una herramienta valiosa para guionistas que buscan crear personajes únicos, relacionables y emocionalmente impactantes. Ya sea que estés desarrollando un protagonista profundo o un secundario memorable, esta teoría ofrece una base sólida para explorar la psicología y el conflicto humano. ¡Anímate a experimentar con los humores y descubre cómo pueden transformar tus historias!
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