La carta de Genaro García Luna: nada que no sepamos todos sobre el apoyo de López Obrador al narco

El Reportero

Lo que ha revelado en su manuscrito desde Brooklyn no dice algo que no sepamos. Nada que el presidente López Obrador no haya hecho evidente durante su mandato: el apoyo irrestricto al narcotráfico mexicano todo el mundo lo hemos visto, hemos sido testigos aquí. La liberación de Ovidio utilizando a la gente de Sinaloa como pretexto, el abrazo a la mamá del Chapo y las circunstancias en las que se dio, las constantes idas y venidas a Badiraguato, la política de los “abrazos y no balazos”, que ha beneficiado enormemente al narco mexicano y que lo ha consolidado como un auténtico poder ya no de fuego, sino incluso hasta social y político. Y por supuesto, sus quejas constantes contra Estados Unidos por haber agarrado al pobrecito de ‘El Mayo’ Zambada.

Ese tipo de cosas nos dejan clarísimo a los mexicanos, y por supuesto a Estados Unidos, que el presidente López Obrador todo su sexenio estuvo operando a favor del narcotráfico, eso ya lo sabemos.

Lo que sí aporta la cartita de Genaro García Luna, el ex súper-policía de Felipe Calderón, es el tema de los tiempos. Que ahora sí salga la cartita a 12 días de que se termine el sexenio tiene sentido.

En política no hay coincidencias.

García Luna está retenido en cárcel preventiva, pero de alta seguridad. Así que pensar que esa carta salió así como de ‘pura casualidad’, sin que se diera cuenta el gobierno estadounidense, es quererse chupar el dedo.

El primer párrafo de la propia carta deja ver que lo intentaron sobornar con el paso como testigo protegido, incluso hasta con dinero, y que García Luna diga que se haya negado, por supuesto que tiene una jiribilla muy sabrosa, porque sabemos que desde el inicio de su detención le pidieron inculpar a políticos y empresarios del pasado no por parte del gobierno estadounidense, sino del propio gobierno mexicano, que intentó negociar con Estados Unidos esa presión al reo para que hubiera revelaciones benéficas para la 4T en su narrativa del combate a la corrupción.

Y no sucedió.

Tenemos que agregar el hecho de que la sentencia a Genaro García Luna sucederá cuando López Obrador ya tenga siete o diez días como ex presidente, lo que le mete mucho ruido al morenismo porque en esta estratagema Político-Social-Policiaca, uno de los principales actores en todo este entramado tiene nombre y apellido: Andrés Manuel y familia.

López Obrador es un inepto en materia de gobierno y administración, pero no es un tonto en temas políticos, y sabe perfectamente hacia dónde se está enfilando todo, o qué ¿no se ha dado cuenta de que el gobierno de Estados Unidos jamás dijo nada con respecto a la captura de El Mayo Zambada?

Su 'pausa' deja en una situación muy complicada a la administración que viene, porque podría ser aprovechada por Estados Unidos para presionar a Claudia Sheinbaum.

Porque al final del día, la pausa no fue López Obrador, el de la pausa en realidad fue el gobierno de Estados Unidos al quedarse callado.

Porque Estados Unidos ya tiene un argumento muy sólido de quién podría ser uno de los primeros culpables del envenenamiento con fentanilo a su ávida población.

Esta narrativa es un platillo enormemente jugoso, delicioso, exquisito, perfecto para el electorado estadounidense.

Kamala Harris ha sido muy enfática en que va a atacar al Cártel de Sinaloa, el favorito de López.

Donald Trump todavía se ha ido más a las antípodas en este tema, afirmando que va a bombardear a los cárteles directamente en territorio mexicano.

El Republicano y la Demócrata han dicho claramente a su electorado que van a actuar con una contundencia no vista antes. Estas afirmaciones por supuesto que tienen una incidencia diplomática, y el hecho que en el canal diplomático Estados Unidos diga absolutamente nada al gobierno mexicano, por supuesto que nos puede estar dejando ver un atisbo de lo que le va a tocar comerse a Claudia Sheinbaum en los primeros años de su administración: un sapo descomunal que, inevitablemente, va a implicar a su Tlatoani.